
Esta obra nos presenta propuestas de imagen, color y textura. El diseño es un cuadrado, formado por un bestiario onírico, animales que el artista ha reinventado creando efectos fantásticos que remiten al observador a un mundo mítico precolombino.
El plano básico es de una rica textura, formada por círculos que semejan glifos y dan la impresión de ritmo, donde utiliza el azul en la parte inferior y diversos tonos siena en la parte superior. El pintor nos deleita con un bestiario dotado de una gama de colores tanto fríos como cálidos sin romper el equilibrio, que logra a través del amarillo cadmio colocado en un ángulo superior y en el ángulo inferior contrario.